Sabado.
Sinceramente, después de llevar toda la semana planeando que
este fin de semana lo iba a dedicar al fondo, si o si. El sábado me levanto
remolón, con pocas ganas, pero la llamada de Fide, me animo y me cambio el
ánimo, lo que es de agradecer, ya que lo tenía más que perdido.
Salimos tarde, dirección Plasencia, pero con la idea clara
de lo que íbamos hacer. Llegamos a Plasencia, y como no, parada donde los
schlek es cita obligada ya que el jefe, tenia que resolver un asunto pendiente.
No tardamos nada, e incluso nos cambiaron el plan, el mismo, pero con otra
variante, eso si seguimos con la idea de dos puertos.
Afrontamos la subida
de Jaraiz, para coger dirección Barrado y adentrarnos en el Valle del jerte y
así poder descubrir y disfrutar, entre comillas, de una subida inédita para
nosotros (Barrado al Cabrero) y
completar así, el primer puerto del día. Bajada tranquila, con tiempo
para recuperar y alimentarse un poco, ya que no hay tregua, nada más acabar
comienza el segundo, Cabezabellosa por el Rebollar.
Subo tranquilo, no quiero decir con ello que la subiera de
paseo, pero si a ritmo cómodo y controlando las pulsaciones. Tras coronar,
bajamos y refrigerio en el Avión, del resto, es decir los últimos 35 kilómetros, se
encargo el Jefe, que en ocasiones me llevaba con el gancho, pero se vació. Es
un Crack.
Fide, necesitaba ese pinchazo
Domingo
El miedo que tengo, es si habré recuperado las cinco horas
de ayer, pero eso se iba a ver pronto, ya la ruta de hoy, no era para bromear.
A las nueve en el lugar de costumbre, que por cierto, hacia mucho que no
visitaba. Cinco, tres de primera y dos de segunda, los de primera Fide y Tomé,
los de segunda……la temporada esta como el que dice a media y van camino del
descenso.
Como dije entes, salgo con un poco de miedo, pero los
primeros kilómetros, noto que voy ágil y bien de pulso, eso me alienta. Por la
reina hasta Hoyos, con dos repechotes a cual de ellos se me atragantan más. El
tercero ya en esta localidad, a ritmo sin preocuparme del de adelante y del que
viene detrás. Bajada y decidimos por donde subimos el puerto de Santa Clara,
por Villamiel o por San Martin. No hay duda, por la más tendida, San Martin,
ocho kilómetros realmente divinos, con
unas vistas maravillosas del lo más profundo de la sierra de Gata y para
nada duros. Nada más coronar Castilla y León nos da la bienvenida, bajada con algún
repecho hasta el Payo y de vuelta a tierras extremeñas. Tras un refrigerio en
la fuente de la bajada del puerto Perales, a por la ultima hora y al igual que
en la jornada de ayer, es el encargado de marcar el ritmo y de darnos ánimos
para que no decidamos. Otro buen trabajo
del jefe, que ha hecho que me exprimirá este fin de semana.
P.D: no ha dado tiempo ni pa foto .
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