8 Y 9 OCTUBRE

SÁBADO 8
Poco más de una hora, quince kilómetros y la compañía de Ventura. Un vendaval si pedaleabas hacia el norte, eso hicimos, así la vuelta será más fácil y agradable.

Hace tiempo que no voy por la fuente el Ronco, ya ni me acuerdo de ella, pero por lo que veo sigue ahí, aprovechando la circunstancia de que estamos en tiempo de aceituna y que estamos aquí, voy a ver como esta el olivar que tiene por aquí el abuelo, ¡nada mal!, para el poco cuidado que tiene, pero viendo como esta el sector, un año más quedaran para comida de pájaros, para que luego digan que no contribuimos con la naturaleza, dejémoslo como esta…..

Seguimos el camino y para los dos es la primera vez, ¿donde dará? Pues para mi asombro y el de Ventura, a una construcción ya abandonada, que por lo que se vez fue una estación de bombeo de agua.

Una vez inspeccionada, proseguimos por una vereda, pero sin éxito, ya que las zarzas se han apoderado quedándolo intransitable, pues nada media vuelta y por olivares retornamos camino a casa y aunque a parecido poco, era justo lo que necesitaba.

Domingo 9 “Transcampiña”

El escenario, la Sierra de San Pedro y el cartel, bueno, eso lo dejaremos para el final. Recogida de dorsales y chocolate con porras,¡ ummm! que bien sientan, preparamos todo y de repente una voz, que se sale,¡¡Pum!!Peazo estampido me recuerda los encierros, ¡coño! Pero si….bajo piñones y para adelante, no tardo en coger la cabeza, formamos un grupo de cinco, en mi mente solo un pensamiento, hasta que aguante. El ritmo que han puesto es exigente, pero peleo por no perder la cabeza, de repente me pasa Fide, y Chumby, y el Rubio, pero esto que es, mi intención era clara, pero solo duro siete kilómetros, intento recuperarme del esfuerzo y poco a poco vuelvo a la normalidad, tengo a tiro al Rubio y no se me debe marchar, es buena rueda.

A escasos metros del desvío de la larga o la corta, pinchazo del Rubio, momento que aprovecho para recortar distancia, pero me es imposible, haber quien pilla a estos dos fieras.

Desde la torreta de incendios, las vistas son impresionante, momento que aprovecho para la foto y para avituallarme, mientras espero al del pinchazo. Bajada rapidísima y el colega se queda, pero en el llano me coge y pone un ritmo tal que voy con el gancho, menos mal que llega el avituallamiento.

Coca cola fresquita y a por el último tramo, mi compañero sigue con fuerzas y con el afán de hacerlo bien. A rueda hasta el ultimo kilómetro, donde un potentísimo sprint, cortesía by el Rubio acabo conmigo

P.D.: La táctica de mi amigo Tomé me duro siete kilómetros, pero lo seguiré entrenando y la próxima vez haber si aguanto por lo menos diez………