Compartiendo ruta con la banda del capitán canalla. A las 10 y poco comenzamos con un ritmo vivo, pero sin abusar lo más mínimo, ya que todavía se deja sentir los síntomas del gripazo. En poco más de una hora, estábamos a puertas del puerto, parada obligada a consecuencia de un molestoso ruido en la rueda del Jefe, pero cosa sin importancia. Comenzamos el puerto de Cabezabellosa con la tropa de Bejar, y con ello, las primeras escaramuzas, David se va solo, y por atrás comienzan a formarse grupos, dos de Bejar, Fide, Víctor, Toñí y yo, que a mitad de puerto cedo un poco y subo a mi ritmo
Después del sofocón, pudimos contemplar el Valle del Jerte, que celebraban el cerezo en flor, aunque eran escasos. El viento comenzaba hacer de las suyas y en ocasiones era molestoso, pero no había otra que agachar la cabeza y acoquinar, me encontraba bien, disfrutaba tirando del grupo y Fide era el único que me daba algún relevo. Íbamos bien de tiempo, con muy buena media, pero un fortuito pinchazo de Toñí, echa al traste el esfuerzo que llevaba.
Tras repararlo, La cosa se acelera y hemos estado veinte kilómetros a saco, solo Toñí nos ha aguantado.
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