Subiendo Montemayor del Rio, con su castillo
Coincidencia, pero hoy hemos
coincidido en el perfil, con la etapa del tour, no con puertos duros, pero si,
con un constante encadenamientos de ellos.
Y para que la jornada sea redonda,
el viento nos hará compañía durante toda la mañana.
Con apenas seis kilómetros en las
piernas, comenzamos a subir el primero de la jornada, Puerto Perancho, cortito
y tendido, apenas cuatro kilómetros, lo que decido subirlo en compañía del Rubio.
La bajada nos deja en la Pesga
donde comienza el segundo, Portilla de Mesa Santa, de cinco kilómetros, este ya
lo subo exprimiéndome, haciendo una buena serie, corono y bajo a buscar al
rubio, coronamos y tras una ligera bajadita la tercera, portilla Alta que tras
su correspondiente bajada nos deja en Vegas, y sin tiempo para recuperar a por
la ultima de esta serie, la portilla del Pinar.
El Rubio parece tener algún síntoma
de flaqueza, lo que me hace coger la cabeza en este tramo de llano que nos
dejara en Sotoserrano, a pie del coloso de la jornada, Lagunilla. 17 kilómetros muy
tendidos, nada que ver con la vertiente extremeña.
Con motivación, subo exigiéndome
en cada kilómetro, excepto los dos últimos, donde un falso llano, termino quemándome,
corono en el mismo pueblo de Lagunilla, donde espero al Rubio, el cual decide
no parar y como calca de lo que llevamos, bajada y por cierto muy mala, nos
deja en Montemayor del Río y para arriba, que este si es el ultimo.
El viento a decidido que quiere
hacer toda la ruta con nosotros, pero en dirección contraria, menos mal que lo
que queda es favorable.
A relevos hasta Zarza, donde el
Rubio, va ya maduro, el impresionante ritmo que llevábamos, le ha hecho mella,
se pone a rueda y le marco un ritmo cómodo, para acabar con casi cinco horitas
y 123 kilometros.
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